Mañan trinta e un de Xullo e un dia grande para Galicia un dia grande
para Españs. Impoñen a Dario Rivas a placa de Honor da Diputacion de
Lugo, a sua terra. Xa sabedes que Dario é o promotor de facer Xusticia
cas vitimas de Franco, el promoveu a querella desde Arxentina, en poucos
dias estara na nosa casa en Vilagarcia, posiblemente dara unha
conferencia pero xa avisaremos a todos. Deixamos un artigo escrito dias
pasados na OPINION da Coruña.
Un siglo de lucha por desenterrar la verdad
La Diputación de Lugo concede la placa de honor a Darío Rivas, hijo de
un fusilado en el franquismo y promotor de la querella en Argentina por
los crímenes de la dictadura
Cruzó el Atlántico desde su Galicia natal a Argentina con solo 9 años.
Cuando tenía 17, Darío Rivas se enteró por carta de que su padre,
alcalde de Castro de Rei, había sido fusilado por los falangistas.
Aunque se prometió no volver a España, viajó a Galicia con su mujer en
varias ocasiones. En una de estas visitas se enteró por casualidad dónde
estaba enterrado su padre. Fue entonces cuando empezó su lucha por
desenterrar la verdad y juzgar a los culpables. En 2005 recuperó los
restos de su padre. Desde 2010 da la batalla en Argentina por sentar en
el banquillo a los autores de los crímenes del franquismo
Darío Rivas, hijo del exalcalde de Castro de Rei fusilado en octubre de
1936, se enteró por casualidad en 1994 dónde yacían los restos de su
padre. En agosto de 2005, voluntarios de la Asociación de la
Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), grupo originario del Bierzo
leonés promotor de las primeras exhumaciones del franquismo, abrieron
la fosa donde había sido sepultado Severino Rivas. Desde entonces sus
restos reposan en el panteón familiar de Loentia bajo el epitafio: Papá,
descansa en paz, te lo pide tu hijo mimado. A sus 94 años, Darío Rivas,
afincado en Buenos Aires, mantiene la lucha por la memoria de quienes
"murieron sin justicia".
Y lo hace desde Argentina, donde promovió hace ya cuatro años una
querella para que la Justicia del país austral investigue los crímenes
de la dictadura a los que España dio carpetazo. En reconocimiento a su
labor a favor de los derechos humanos y de defensa de los represaliados y
familiares de las víctimas del franquismo, la Diputación de Lugo le
entregará la placa de honor de la provincia y le rendirá homenaje el
próximo 31 de julio.
Lucha contra el olvido. La historia de Darío Rivas, residente en
Argentina desde los nueve años, fue la que dio inicio al proceso
judicial que al otro lado del Atlántico investiga los crímenes de la
dictadura de Franco. La querella que promovió este gallego en Buenos
Aires en abril de 2010, que ya suma más de 300 denuncias, señala al
Estado español como responsable de los delitos cometidos entre 1936 y
1977. El pasado mes de mayo, la juez que lleva el caso, María Servini,
viajó a España para interrogar a víctimas y familiares del franquismo
que por su edad no podían desplazarse a Buenos Aires para declarar en el
proceso.
Para Darío Rivas es una "vergüenza" que los "culpables" todavía no hayan
sido juzgados y que el Gobierno español no busque a sus desaparecidos.
"Es dejar vivo un antecedente de genocidio impune que van a pagar las
generaciones futuras", denuncia desde Buenos Aires.
Investigación
Tiene claro que todavía hoy hay "responsables" de estos "asesinatos" que
deben sentarse en el banquillo para rendir cuentas a las familias por
los más de 130.000 fusilados y los más de 30.000 niños desaparecidos.
"Sé que hay muchos responsables de la masacre muertos, pero también hay
muchos vivos que firmaban sentencia de muerte a garrote vil", advierte.
La idea de promover una investigación sobre las desapariciones del
franquismo le rondaba la cabeza desde el mismo día en que recuperó los
restos de su padre, fusilado en un desnivel que desciende de la
carretera de Lugo a la capilla de Cortapezas, en Portomarín.
Darío se despidió hasta en tres ocasiones de su padre. La primera fue en
1929. Su madre había muerto y su padre decidió enviarlo a la
prometedora Argentina de entonces donde ya estaba una de sus hermanas y
con los años irían cinco más. En 1936, Severino Rivas, campesino, fue
elegido alcalde del Ayuntamiento de Castro de Rei. Pero no duró mucho en
el cargo. A los cuatro meses estalló la Guerra Civil. Cuando Darío
tenía 17 años recibió por carta en Buenos Aires la noticia de que su
padre había sido asesinado por los falangistas tras pasar dos meses en
la prisión de Lugo. Y la última ocasión en que se despidió de él fue en
2005, cuando un equipo de voluntarios de la ARMH exhumó sus restos, los
primeros de una víctima gallega en la comunidad.
Fue en el año 1994 cuando, por casualidad, se enteró del lugar en el que
yacían los restos de su padre. En un viaje a Galicia con su mujer entró
en una tienda de regalos en Portomarín, localidad en la que sospechaba
que habían fusilado a su padre. En teoría, los falangistas lo habían
abandonado en un cementerio anegado por un embalse. Allí la dueña del
establecimiento preguntó a Darío si era turista, él pensó que le quería
cobrar los detalles más caros. "Si y no", le dijo. Entonces le contó que
residía en Buenos Aires pero era de Castro de Rei.
Buscando tema de conversación, la mujer le habló de dos hombres a los
que habían matado los falangistas cuando ella era niña y que eran
vecinos de la aldea de Darío. Le hizo mención a un gabán que vestía uno
de ellos y los rumores que decían que era alguien importante. Casi sin
aliento, Darío recordó el gabán que le había enviado a su padre su
hermana desde Buenos Aires y pidió a la mujer más detalles de esa
historia. "Quien la sabe bien es el carnicero", le dijo. Darío inició la
búsqueda que le llevó al lugar donde habían matado a su padre: la
capilla de Cortapezas. Los restos de Severino Rivas, casi 70 años
después, seguían allí, debajo de aquella tierra y de aquellas hierbas
silvestres. En agosto de 2005, fueron exhumados sus restos. Desde
entonces yacen en el panteón familiar.